viernes, 6 de noviembre de 2015

Hablemos ahora de los grupos de “almas” y de los vínculos humanos.
En cada oleada de vida nace una determinada cantidad de “almas” que se convierten por su igualdad de nacimiento en “Almas Hermanas”, pero no obstante ello cada una tiene su propia impronta dada por el impulso de su propio nacimiento. Esa impronta marca las características propias de cada “alma” o “Chispa Divina”.
Esto significa que además de la hermandad existe una afinidad vibratoria dada por la similitud o semejanza en esas propias características y que hace que se acerquen algunas “almas” a otras más que al resto de sus hermanas. Este acercamiento les permite hacer juntas experiencias tanto espirituales como en planos físicos ayudándose mutuamente a superar los problemas kármicos a revertir y también a cumplir con las tareas espirituales que les corresponda.
El grupo de “almas” del cual salen las “almas gemelas”, está formado por aquellos con los cuales hemos experimentado en vidas pasadas, son “almas” con las cuales tenemos aspectos que revertir y tareas que cumplir, y no todas estas relaciones se suponen que sean suaves y placenteras, porque hay cosas que debemos aprender. Por lo tanto, algunas de las personas más difíciles de nuestra vida, probablemente sean parte de nuestro grupo de “almas”. Nosotros encarnamos y evolucionamos en grupos de “almas”, que comparten nuestro camino vida tras vida, y con las cuales podemos tener una relación muy especial en esta vida. Aunque no necesariamente encarnamos todas en el mismo sitio o al mismo tiempo.
A lo largo de las innumeras encarnaciones, existen “almas” que pasan muchas vidas juntas, comparten tareas y experiencias, van uniendo sus vibraciones. Poco a poco la unión vibratoria se ira consolidando y durará eternamente convirtiéndose así en “almas gemelas”.
Las innumeras experiencias juntas de esas almas hacen que en un momento determinado por la ley del Amor estén preparadas para comenzar sus experiencias como parejas, intercambiando los roles, logrando así una compenetración espiritual mas profunda.
Solo a través de un nivel muy elevado de unión espiritual se puede empezar a unirse en pareja que en el aspecto humano es una unión física pero en el espiritual es bien profunda y para toda la eternidad.
Esto es debido a que las tareas espirituales necearías en todo el universo son cada ves de mayor envergadura por lo tanto los seres que enfrentarán estos desafíos deben estar compenetrados al máximo unos con otros y esto se logra en el plano humano a través de las experiencias como pareja.
Como sabemos humanamente que estamos ante nuestra “alma gemela”?
El saber con claridad que estamos frente al ser o la persona que tanto hemos esperado durante nuestra existencia (que incluye todas las vidas, no solo ésta) es algo que sólo nuestro corazón nos dará, por lo que únicamente debemos de escucharlo a él… no a nuestros deseos, ni carencias, ni miedos, ni obsesiones, etc.
Las “almas gemelas” tienen los mismos intereses, su atracción no es sólo física o sexual y la ternura ocupa sus instantes y sus miradas.
Ese amor trasciende la edad, la materia, la raza, el credo, las distancias.
Al verse, sienten una infinita necesidad de abrazarse y expandir las energías de sus corazones. Ambas desean crecer espiritual e intelectualmente, se incentivan mutuamente por ese crecimiento personal, no existe entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen el deseo, aunque inconsciente, de llevar a cabo su misión juntos.
Se complementan en todos los sentidos. Se aceptan, se respetan, hacen planes para el futuro, se quieren como son. Si se pelean parecen deprimirse y buscarán rápidamente aclarar sus malentendidos, con humildad y generosidad el uno por el otro. Y su amor crecerá cada día más y más. Se dan cuenta que aunque separadas han estado buscándose siempre, ahora comprenden el por qué de la espera, por qué la alegría de vivir y por qué los corazones no se cerraron a la llegada del amor.
Sus experiencias pasadas fueron la preparación para el reencuentro.
Con el “alma gemela” todo sentimiento será muy diferente a los que hayamos vivido antes.
En el plano erótico, las almas gemelas descubren desde el primer momento que su partenaire conoce su cuerpo a la perfección. Se acariciarán y besarán como si fueran un solo cuerpo y sus encuentros eróticos deben llegar a estar más allá del tiempo y el espacio, porque ambos perciben, al mismo tiempo, que se trasportan a otra dimensión. La sensación de libertad y de vuelo mientras hacen el amor es sublime, es muy profundo, se elevan a lo infinito, a lo intangible, están más cerca de la realidad espiritual lejos de la sensación meramente física. Es una Tarea importantísima para purificar todo lo que sea relación humana tanto en lo cotidiano como en el acto amoroso.
Sin este último nivel físico, las almas gemelas no pueden reconocerse verdaderamente como pareja pues seria un contacto meramente físico, sin embargo debe ser primordial el aspecto espiritual que nos permitirá gozar aun más de nuestra unión física e irradiarla al plano desde donde se podrá influir para purificar estos aspectos tan tergiversados, de tan bajos instintos.
Si nos encontramos con un “alma gemela” se genera una relación profunda con esa persona, nos damos cuenta que la conocemos interiormente, como conocemos sus reacciones, como percibimos sus virtudes y defectos. Debemos tener presente que hemos compartido varias encarnaciones previas con dicha persona.
Nuestra pareja del alma es alguien que ha contraído un vinculo espiritual con nosotros para ayudarnos a evolucionar y progresar para transformarnos en el mejor ser espiritual que podamos ser y quedarse con nosotros por el resto de nuestra vida tanto humana como espiritual.
No olvidemos que como Espíritus estamos unidos con ese grupo de “almas” por toda la eternidad aunque quizás logremos mayor afinidad con algunas que con otras. Logrado cierto punto evolutivo estaremos en condiciones de poder actuar conjuntamente con cualquiera de los Espíritus en ese nivel ya que habremos logrado un desarrollo tal que predomina en nosotros la “Fraternidad Universal” aunque ya no nos separaremos nunca más de nuestras “almas gemelas” y mucho menos de aquella con la cual hemos llegado a formar una pareja Espiritual que luego trasciende en lo humano.
Hablemos ahora de los grupos de almas y de los vínculos humanos.
El grupo de almas del cual salen las almas gemelas, está formado por aquellos con los cuales hemos experimentado en vidas pasadas, son almas con las cuales tenemos aspectos que revertir y tareas que cumplir, y no todas estas relaciones se suponen que sean suaves y placenteras, porque hay cosas que debemos aprender. Por lo tanto, algunas de las personas más difíciles de nuestra vida, probablemente sean parte de nuestro grupo de almas
A lo largo de las innumeras encarnaciones, existen almas que pasan muchas vidas juntas, comparten tareas y experiencias, y estas son las almas gemelas. Los motivos son porque han nacido en una misma oleada de vida, han recibido el mismo impulso de nacimiento y han pertenecido a una misma alma grupal. Esto hace que la afinidad vibratoria se refuerce al compartir muy de cerca las encarnaciones y estar en contacto permanente en los aspectos espirituales y humanos.
Nosotros encarnamos y evolucionamos en grupos de almas, que comparten nuestro camino vida tras vida, y con las cuales podemos tener una relación muy especial en esta vida. Aunque no necesariamente encarnamos todas en el mismo sitio o al mismo tiempo.
Dentro de estos grupos de almas gemelas, existen muchas clases de relaciones.
Podemos pertenecer a un mismo sexo o raza, o de sexo diferente, o de raza diferente.
Con un alma gemela podemos llegar a ser pareja, como también parientes cercanos, padre, madre, hijo, hermano, tío u otra clase de parentesco, o ser amigos, compañeros de oficina, vecinos, que pueden o no transformarse en nuestra pareja romántica, pero es seguro que con esas personas logramos una relación instantánea, una empatía, como si lo conociéramos de “toda la vida”, y cada uno de nosotros es sensible a los sentimientos del otro.
Muchas veces nos casamos con las parejas del alma para ayudarnos mutuamente en las superaciones que tenemos que realizar y en las tareas que debemos afrontar y esto nos permite fortalecer aún más los vínculos espirituales.
Si nos encontramos con un alma gemela se genera una relación profunda con esa persona, nos damos cuenta como la conocemos interiormente, como conocemos sus reacciones, como percibimos sus virtudes y defectos. Debemos tener presente que hemos compartido varias encarnaciones previas con dicha persona, no necesariamente como pareja.
Una definición más realista de la pareja del alma es que se trata de un complemento nuestro que va más allá de la atracción física, y tenemos la capacidad de ayudarnos mutuamente en el desarrollo de los niveles físico, mental, y espiritual de ambos.
Nuestra pareja del alma es alguien que ha contraído un vinculo espiritual con nosotros para ayudarnos a evolucionar y progresar para transformarnos en el mejor ser espiritual que podamos ser.
Una pareja del alma puede ser un miembro de nuestra familia, o un amigo y puede quedarse con nosotros durante un corto período de tiempo, para ayudarnos a aprender o experimentar algo que necesitamos experimentar, o quedarse con nosotros por el resto de nuestra vida. Eso depende de la lección que debamos aprender y de la naturaleza de la conexión. Si es para ayudarnos mutuamente durante esta encarnación será para esta vida humana.
No olvidemos que como Espíritus estamos unidos con ese grupo de almas por toda la eternidad aunque quizás logremos mayor afinidad con algunas que con otras. Logrado cierto punto evolutivo estaremos en condiciones de poder actuar conjuntamente con cualquiera de los Espíritus en ese nivel ya que habremos logrado un desarrollo tal que predomina en nosotros la “Fraternidad Universal”.

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